divendres, 15 d’abril del 2011

VISLUMBRES DE LA INDIA


        


     un servidor de turbante  e inmaculada chaqueta blanca me llevó a mi habitación (...)a fuera me esperaba una realidad insólita:
     oleadas de calor, vastos edificios grises y rojos como de un Londres victoriano crecidos entre las palmeras y banianos como una pesadilla pertinaz, muros leprosos, anchas y hermosas avenidas, grandes árboles desconocidos, callejas malolientes,
     torrentes de autos, ir y venir de gente, vacas esqueléticas sin dueño, mendigos, carros chirreantes tirados por bueyes abúlicos, ríos de bicicletas,    
     algún sobreviviente del British Raj de riguroso y raído traje blanco y paraguas negro,
     otra vez un mendigo, cuatro santones semidesnudos pintarrajeados, manchas rojizas de betel en el pavimento,
     batallas a claxonazos entre un taxi y un autobús polvoriento, más bicicletas, otras vacas y otro santón semidesnudo,
     al cruzar una esquina, la aparición de una muchacha como una flor que se entreabre,
     rachas de hedores, materias en descomposición, hálitos de perfumes frescos y puros,
     puestecillos de vendedores de cocos y rebanadas de piñas, vagos andrajos  sin oficio ni beneficio, una bandada de adolescentes como un tropel de venados,
     mujeres de saríes rojos, amarillos, colores delirantes, unos solares y otros nocturnos, mujeres morenas de ajorcas en los tobillos y sandalias no para andar sobre el asfalto ardiente sino sobre un prado,
     jardines públicos agobiados por el calor, monos en las cornisas de los edificios, mierda y jazmines, niños vagabundos,
     un baniano, imagen de la lluvia como el cactus es el emblema de la sequía, y adosada contra un muro una piedra embadurnada de pintura roja, a sus pies unas flores ajadas: la silueta del dios mono,
     la risa de una jovencita esbelta como una vara de nardo, un leproso sentado bajo la estatua de un prócer parsi,
     en la puerta de un tugurio, mirando con indiferencia a la gente, un anciano de rostro noble,
     un eucalipto generoso en la desolación de un basurero, el enorme cartel en un lote baldío con la foto de una estrella de cine: luna llena sobre la terraza del sultán,
     más muros decrépitos, paredes encaladas y sobre ellas consignas políticas escritas en caracteres rojos y negros incomprensibles para mí,
     rejas doradas y negras de una villa lujosa coon una insólita inscripción: Easy Money, otras rejas aún más lujosas que dejaban ver un jardín exuberante, en la puerta una inscripción dorada sobre mármol negro,
     en el cielo, violentamente azul, en círculos o en zigzag, los vuelos de gavilanes y buitres, cuervos, cuervos, cuervos...
    
Octavio Paz
Círculo de Lectores, 1995


Jo no sé pas superar aquesta descripció de la Índia. La va escriure el 1995, però Paz diu que descriu el Delhi de 1951. I, pràcticament descriu el que jo vaig veure el 2007. 

1 comentari:

  1. No he estat mai a l' Índia però la descripció me'n fa sentir fins i tot les olors.
    Enhorabona pel blog, Pilar i endavant!
    Tinc ganes de llegir-te més

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